Artículos Francisco Umbral

Latín


El primero en amagar contra el latín en la enseñanza fue don José Solís Ruiz, cuando ministro de la cosa, en el tardofranquismo. Pero el tardofranquismo se sucede a sí mismo, como ya dijera Franco del Movimiento, y ahora hay moderno., que quieren olvidar definitivamente el latín. Claro que el latín no son sólo las "latinas palabras", sino, por ejemplo, el proyecto de ley del impuesto sobre sucesiones, proyecto socialista que parece ir, vagamente, contra el Derecho Romano, y el Derecho Romano, qué le vamos a hacer, señora, está en latín. Usted tiene derecho a heredar unos peñascales de papá porque nuestro Derecho lo dice así hasta ahora, y nuestro Derecho viene del Romano a través de Napoleón. De modo que el latín puede ser reaccionario en la notaría y postmoderno en la pintura, un suponer.La Reyna Sofía ha dicho que le gusta mucho el Greco, y el Greco pintaba en latín, para qué engañarse: hay en el Greco unos éxtasis ascensionales que, literariamente, sólo se consiguen en latín. Cristino de Vera, místico y puntillista, que vive en el Rastro y se ha casado a los cincuenta años, también pinta en latín. No así podemos decir de Zurbarán, muy airea do hoy, que se mueve ya entre el castellano de Castilla y el de Extremadura. Tierno, en uno de sus ensayos anteriores a la alcaldía (uno leyó siempre a Tierno), distingue entre preparación y cultura. Preparación supone todo lo contrario de cultura, supone estarse preparando para algo, contra algo, contra alguien: preparándose para triunfar en la vida competitiva. Raúl Morodo, uno de sus más fieles, saca ahora un libro sobre Tierno. Morodo es uno de nuestros últimos políticos en latín: uno de nuestros últimos políticos humanistas, quiere decirse. Y no olvidemos que, cuando el Papa vino al Ayuntamiento, Tierno le habló en latín. El Vaticano ha enviado su apoyo al simposio sobre la influencia árabe en Europa. Las sesiones han sido en Toledo. Quiere decirse que el latín de Roma no le teme a nada, sino que en Toledo se produce el superpentecostés, la integración de unas lenguas en otras. El cristianismo es una religión que nace judía y se seculariza latina. En este trueque, en esta trampa está el secreto de su supervivencia.



Gredos, abril: la capra hispánica, que nació latina, bautízada en latín (como los árboles del Botánico), sufre una matanza anual, por estas fechas, de 30 ejemplares asesinados telescópicamente. Uno diría que quienes matan capras en Gredos y matan palabras latinas en el diccionario son los mismos. La capra es tanto un animal como una palabra latina que escalaba Gredos para escuchar a Unamuno. De modo que el latín no es sólo un diccionario, sino toda una ecología bautizada en latín, de la que hemos vívido dos mil años. Al abolir el latín de los programas de estudio, se borra el paisaje latino de la vida, se barbariza. No volverán ciertas palabras latinas como no volverá la cigüeña blanca, en extinción en España, su último refugio. Hay diez mil curas rurales españoles que viven en soledad, porque no les llega ni la Prensa. Sólo les queda el latín y también se lo van a quitar. La desertización del latín es como la otra: deja España en mera geología. Incluso los economistas -han advertido que un ejecutivo «con humanidades" rinde más que un ágrafo. Se ha hablado del "suicidio" de Europa a propósito de la supresión del latín. Conozco y admiro un último ejemplar de humanista y amigo, lo que da el humanismo vivido y viviente, Areilza.

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