Artículos Francisco Umbral

Bertín


El chalet de Bertín Osborne habría que tirarlo como ha habido que sacar los F/16 de Torrejón: son dos principios de soberanía nacional que se han impuesto en los mismos días y por las mismas razones: imagen de España ante el mundo, imagen de España ante sí misma, imagen de España ante Pedro Pacheco, alcalde de Jerez, que es hoy nuestro "Peribáñez o el Comendador de Ocaña".Lo lamentamos, Bertín. No es manía personal, no es manía persecutoria: es que te has construido un chalet emblemático, es que has levantado un chalet como una Taifa, un chalet feudal, terrateniente y metafórico de la Andalucía a caballo. Se conoce que le salió así al maestro de obras, y, mayormente, en zona no edificable, o de más modestas y respetables alturas. El chalet de Bertín es ya el emblema, sí, de toda la Andalucía señorita y propotente, es el símbolo de una cosa con la que no se puede acabar. Otrosí en Torrejón (sin quitarle mérito ni maña a la paciente y larga maniobra de Pacordóñez): los F/16 se han constituido (los hemos constituido entre todos) en la imagen de la dominación otánica sobre España. España va a seguir siendo OTAN, pero que se vaya la imagen y los españoles volveremos a sentimos goyescos, saguntinos o hasta donde quieran ustedes remontarse. Bertín, amor, te has hecho un chalet como una torre de rey bárbaro y feudal. Tú sólo querías hacerte un chalet para la cosa de la piscina y la barbacoa, claro, pero te ha salido la Alhambra de Granada, y no me refiero a sus magnitudes, que son normales, sino a que te ha salido una cosa simbólica, imperial e imperiosa, molesta, una avanzada del señoritismo andaluz sobre la reforma agraria que nunca vamos a hacer.



 



Uno tiene muy escrito que en España sólo se hacen revoluciones municipales, como la del 31 (la última la hizo Tierno). Pedro Pacheco quería hacer la suya: "El chalet de Bertín Osborne será derribado por las buenas o por las malas, aunque sea mi último acto político". Si esto se pone en verso, sale Calderón de la Barca. Ya en nuestros clásicos importaba más el símbolo que la cosa. El pueblo español, poco educado políticamente (como todo pueblo, quizá), se da por contento con salvar a la molinera del licencioso Corregidor. Ahora, Bertín, tú eres la molinera sexual mente codiciable, sólo que a la inversa: estamos viviendo un Lope del revés en el que de lo que se trata es de salvar al Corregidor de ser poseído y viola do y abusado sexualmente por la Audiencia de Sevilla. Ya no se sabe, Bertín, quién es más codiciable molinera, si Pedro Pacheco o tú. Aunque también sería bueno que, a cambio del no derribo de tu chalet/feudalato, se iniciase la reforma social en Andalucía, y tras ella lareforma agraria, anunciada desde hace dos siglos por todos los Gobiernos liberales y fascistas, por Azaña y por Franco, por post/franquistas y pre/socialistas.



Cuando un simple acto de justicia municipal se transforma y complica en un hecho de épica nacional (y es lo que nos pasa siempre), ya estamos perdidos. En el Norte se matan por una bandera y en el Sur por un chalet. Una vez derribado el chalet de Bertín Osborne, para qué hacer la reforma social en Andalucía. Una vez nacionalizada Rumasa, para qué seguir con las nacionalizaciones, que son tanto lío. Los españoles siempre hemos vivido de gestos, más que de conductas. Tras haber sido héroes por un día, nos entra el muermo y la galbana. En todo caso, uno cree que el chalet de Bertín habría que tirarlo. De símbolos también se vive (o sólo de símbolos). Y de derribarlos.

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