Artículos Francisco Umbral

Los noveles


Antes se irrumpía en la literatura con un libro de poemas nerudianos que asustaba a los burgueses cultos y decentes. Nuestras madres nos riñeron mucho por aquellos libros que en la prosa tiraban a don Vicente Aleixandre y en la poesía a Emilio Carrère. Ahora encontramos más libros escandalosos entre las memorias de los políticos, que todos son demócratas y hasta nacionalistas. Lo primero hay que sacar un libro de escándalo social y luego ya vendrán los poemas de amor, las canciones desesperadas y el nerudianismo barato del Rastro caro, al que podemos añadir, los domingos por la mañana, la Cuesta de Moyano. Desesperado de no encontrar un texto que me lance, he frecuentado cafés de artistas para que me iniciasen, y vuelvo a casa con un libro de Amilibia sobre y contra Zapatero, que efectivamente lleva las siglas estampadas en la portada. Conozco a este periodista desde hace muchos años y creo que puede hacer un libro de humor político ventajosamente, pues JMA sirvió a las órdenes de Emilio Romero y sabe cómo se hace una mala política en España. Al compás del maestro Amilibia podemos sacar un volumen sobre los papeles secretos del leonés al ritmo de un tomo mensual. Nuestros reporteros políticos han respondido como el público esperaba y Zapatero también. Si seguimos a este trote el señor Zapatero tendrá en su haber una biblioteca personal dedicada a explicar lo que no hizo el presidente demócrata y laureado. Nuestros jóvenes revoltosos están invadiéndonos con sus Episodios Nacionales, aunque ellos no hayan leído a Galdós. A uno por mes, más o menos, viene a visitarme una revelación de muchachos que ha dado con el secreto de ZP, con el abanico, la sonrisa, el diario secreto, el moscardón veraniego, las cejas en punta y todo el atalaje del primer político español de todos los tiempos. Recién llegado a Madrid, el futuro periodista no se pone a escribir periódicos, como hice yo, siempre un poco liricoide, sino a repartirlos por la capital con el último secreto de las Cortes o del Ateneo. ZP, por su parte, había venido a Madrid a fabricar una prensa misteriosa que se ocupase mucho de él y de doña Teresa, que iban a ser una pareja subversiva y alfonsina, como se ve por el fondo de armario de la vicepresidenta. Todo está cumplido. El último libro de la serie, tan plural y revoltosa, vuelve a traer siglas en la portada y a insinuar secretos en la portadilla. La prensa vuelve a ser decimonónica con estos generadores de misterio revolucionario y a mí me llega todo cuando he tomado la decisión de no leer nada. Parece que Zapatero no vino de provincias a salvar España ni a asesinar hombres ilustres con un ramo de flores sino que vino a lanzar la imagen del chico de los luises y a propiciar la pluralidad de las conspiraciones y organizar la cocamacola en el centro de Madrid, para que luego la prensa difundiese sus calumnias. Es la manera más eficaz de hacer que triunfen las conspiraciones. Ha triunfado el barullo y los barulleros se han vuelto a su pueblo con el libro de Amilibia, que es de los mejores en el género. Les aconsejo que se queden allí releyendo las canciones desesperadas del chileno. De nuevo se lleva la desesperación y la bomba.

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