Artículos Francisco Umbral

Asesores


Yo quiero ser asesor. El Gobierno tiene un presupuesto de 1.400 millones para contratar asesores. Yo quiero asesorar algo, asesorar en algo, y lucrar ese presupuesto, aunque sea modestamente. La cuarta parte de los nombramientos de asesores son "de libre designación". Ahí es donde entra uno. Antes, Madrid era una ciudad de burócratas. Hoy es una ciudad de asesores. Ser asesor es más que ser burócrata y es mejor que ser político, porque es como estar y no estar en la política. Estar de estrella invitada, quiere decirse. Y uno va por la vida de estrella invitada o no va, que si no se está mejor en Majadahonda, un respiro, como dice el slogan. La Administración Central creó más de 53.000 puestos el año pasado. ¿Y es que entre tanto personal no voy a tener yo un hueco de asesor, cuando hasta he pegado carteles por la democracia y he movido pancartas en las manifestaciones, con Pilar Miró y Manuel Viola? (Cuando he faltado a la pancarta y la manifestación, siempre era porque estaba "trenzado en múltiples lazos", que más o menos dice el poeta.) Así hicimos la revolución/cambio, la transición/ruptura: entre el adulterio y el antiotanismo. Voy a echar una instancia (ya tengo las pólizas, que ahora se llaman de otra forma) para que me hagan asesor de algo. ¿Y en qué podría yo asesorar al Gobierno? Digamos que uno, romo el clásico, es "especialista en ideas generales". Pero también podría asesorar sobre cosas concretas. Un suponer: ¿hay que cesar a Barrionuevo o a Leguina? A Barrionuevo, porque Leguina se peina mejor. ¿A quién hay que darle el próximo premio Cervantes? A Vizcaíno Casas, porque ha conseguido sepultar al Caudilo bajo diez o veinte tomos de prosa pertinaz. ¿A quién hay que proponer para el premio Nobel de la Paz? A los salvajes que flechan misioneros, porque el misionero va a robarles la fe, su fe, siendo así que toda fe vale, todas las fes son la misma y resumen la noble perplejidad del hombre ante el Universo. ¿Quién debe suceder a Marcelino Camacho en Comisiones? Nicolás Redondo. ¿Quién debe hacer los bustos oficiales: Chillida o Santiago de Santiago? Este último, naturalmente, que cuida una melena de artista mucho más vistosa que el pelado pelón de Chillida. ¿Quién enviar a Suramérica como mensajero de la España socialista? Hernández Mancha, que ya ha ido por su cuenta. Como ven, tengo contestación para todo.Ya que no me han hecho de Estrasburgo, que me hagan asesor, please, que esto de los artículos da para poco. ¿Qué podemos hacer por la memoria de Joan Miró? Esperar a que los franceses le den la Legión de Honor a su viuda, que ya se la han dado. ¿Cómo acabar con la jet de Marbella? Pensionando a todos los jubilados y jubiladas de España en el Marbella Club, de don Alfonso Hache. ¿Cómo acabar con ETA? Poniéndonos todos un pasamontañas, para desorientarles. ¿Cómo soportar el tedio de que el Papa vaya consagrando a media España franquista, de tres en tres? Consagrándolos aquí en bloque, entre don Marcelo y AP. ¿Cómo cogerle el punto a la paella turística para no perder divisas? Echándole más colorante. ¿Qué hacer con las religiosas de clausura españolas que necesitan ayuda? Ponerlas a todas a tricotar jerseis gordos para Marcelino Camacho. Yo creo que estoy muy puesto para asesor, o sea que ahora a ver.

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