Artículos Francisco Umbral

La familia numerosa


Esa propina de 2.500 euros que el señor Zapatero anuncia para los matrimonios en plena producción nos ha recordado aquellas legendarias decisiones de Franco a favor de la pobreza bien atendida. Sólo que la medida franquista atendía todo el año a todos los niños y la medida zapatera se queda en eso que hemos dicho: en un salvavidas que no salva nada, pero adorna con caridad bendita el transcurrir silencioso de la pobreza española. No sabe uno exactamente si atender a la necesidad urgente o iniciar una pequeña hucha de euros y hojalatas, explotando la medida con toda oportunidad. La gente está necesitada de pequeñas tribus infantiles pero los padres procrean menos que antes porque prefieren moverse más, cenar fuera, vivir de viaje, ver mundo, mirar cosas y discutir con la Guardia Civil. Todo eso es más distraído que quedarse en casa fabricando niños para la vecina, que la cosa tampoco está clara. Lo más evidente en todas las familias, numerosas o no, es que están siendo utilizadas por el personal de guardia para hacer publicidad demagógica del Gobierno y de los partidos. No se explica de otra forma que el señor Zapatero haya recurrido a la pela fuerte y directa para pringarnos a todos. Estas viejas medidas de caridad en los tiempos capitalistas del euro no se entienden bien si no es como un soborno directo del pueblo. Más votos para Zapatero y más calderilla para la vicepresidenta, que derrocha mucho en fondo de armario. En cualquier caso la medida es alucinante, pues viene a comentar por sorpresa las otras medidas propias del estado de la Nación. Así, ya no sabemos si tener tres niños en serie o abonarnos al almuerzo familiar y barato de las playas valencianas. La gente había perdido la noción del derroche, pues nunca llegaba el dinero para tanto. Ahora, Zapatero nos deslumbra con una remuneración por nada y por todo, que es una seducción en directo de la conciencia ciudadana. Esperemos que no se propongan, a cambio, integrarnos en el orgullo gay, que está muy bien, pero se pasa un poco de moderno. Veremos cuánto gasta ese niño futuro en orgullo gay, en principio parece un derroche populoso. Pero sólo en principio porque cuando sale un niño de familia numerosa, se le toma por franquista y peor para él. Zapatero tiene que andarse con mucho ojo. Claro que todas estas cosas las aprenderemos con el correr del tiempo, pero el presidente ha estado oportuno por sobre el derroche que traía, pues desde ayer el gentío está sometido a la Educación para la Ciudadanía. Hay mayor comunicación entre esa ciudadanía y el estilo valiente de ZP. El señor Rajoy, por su parte, tenía en reserva 3.000 euros para jugar también a la demagogia en el momento oportuno, que es hombre prudente y sabe manejar los calendarios. ZP le ha ganado por la mano pero el perfume franquista de esa pasta gansa le va a pringar al rojo y no al liberal conservador que estudió en los pilaristas, como todo el mocerío operante de Madrid, incluido Anson, que lo denuncia por él y por su hermano, como suele. Venimos del Caudillo y eso duele. Ahora o nunca, la pasta avisa. ZP es otro pilarista pringado.

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