Anita y ETA
Lo certifica el juez Garzón: ETA tiene en su lista de espera, para ocupar el zulo de Ortega Lara, a Ana Obregón, entre tantos otros. Qué fuerte. Ya cuando supimos que a Delclaux le compraban el Hola y luego lo comentaban juntos, o sea el preso y los carceleros, uno comprendió que ETA anda con cierto globo mental, ya que el Hola es el espejo del gran mundo español y capitalista que ellos quieren destruir. ¿O no quieren? Se odia lo que se codicia. Si los mozallones etarras han pasado de leer Egin a leer el Hola, esto quiere decir que la organización está derivando hacia la rama sentimental, mucho más moderna que los poli/milis. Los grandes imperios han caído por una nariz de mujer, por un caballo de madera, por un travestón (Inglaterra), por una amante, etc. El desliz sentimental es la primera señal de decadencia de los fuertes. Hitler y Mussolini quisieron morir con sus amantes al lado. Hitler se suicidó de la mano de Eva Braun. Así acabó el III Reich. Los cuerpos de Mussolini y Clara Petacci colgaron bocabajo en una farola de Milán, y la gente les escupía en la cara. Larra y Ganivet se suicidan por una mujer (no por la misma, claro) poniendo principio y fin al brioso Romanticismo español. A los etarras les gusta ahora la silicona de Anita Obregón y veremos cuántos millones piden por el siliconazo, aunque yo creo que esto se quedará en el suspiro sin pasar a la parabellum, gracias a Dios. Los etarras jóvenes ya le cantan zortzicos a Ana en su guitarra/parabellum. Si ETA tiene que buscar a sus víctimas en el Hola, como los columnistas buscamos las nuestras, es que se les está acabando la imaginación revolucionaria. Aunque creyeran un día que persiguen a Ana por los millones de papá, yo creo que están enamorados de ella. Y ella, como en un best/seller famoso, les irá enrollando uno por uno hasta volverles celosos entre sí. Con ETA no acabará Mayor Oreja. Con ETA acabarán los celos. De toda la información sobre el tema que nos ha abrumado con motivo del caso Ortega Lara y Delclaux, uno encuentra que lo más significativo es esta afición al Hola entre los renuevos de ETA. He conocido a Jon Idígoras y puedo prometer que no leía el Hola, entre otras cosas porque era un intelectual de HB. Después del Hola, sólo falta que empiecen a salir maricones entre las novísimas levas de jóvenes etarras. Entonces sí que habríamos ganado la partida, los españoles, por vía de ingle, como esos legionarios zaragozanos que se fueron de putas en un tanque. Uno ha frecuentado a las hurgamanderas incluso con exceso, en esta vida, y mayormente a las que no lo son oficialmente y salen muy blancas y radiantes en el Hola, o sea que comprendo a esos bravos legionarios del tanque. A la cita con cualquier mujer siempre debiéramos acudir en tanque, por si las flais, y menos mal que ahora se va a controlar la paternidad. Eso, que se controle la paternidad. ¿De quién son los niños? Van a salir muchos niños que no son de nadie. Es la nueva ola de erotismo que nos invade y que llega hasta los riscos en que viven los etarras, como los sioux. El Hola tiene más fuerza que el Boletín Oficial del Estado a la hora de combatir terroristas. Mejor que la guerra sucia de Roldán, la guerra a todo color del Hola. Anita es la que más sale y por eso la han elegido. En la época de la cirugía estética todos moriremos, y no sólo ETA, chupando silicona.
