TV y trapos sucios
Una vez solventado el apaño de las elecciones el presidente Aznar se dedica a la minucia y la autodenuncia. Un suponer, el otro día arremetió contra los empresarios y profesionales que hacen telebasura y contra «lo que se ve a diario en las televisiones». No le gusta al señor Aznar «que haya personas que puedan insultarse diciendo todo tipo de barbaridades de las vidas de unos y de otros». Supongo que el señor Aznar sabe que se está inculpando a sí mismo, como el otro con los aviones, pues estamos en una democracia piramidal en la que todo termina en el vértice de Moncloa. Ahora que le queda más tiempo libre, el presidente se ha asomado a la pequeña pantalla y dice que, de todos esos particulares gloriosos y gloriosas, no conoce a nadie. O sea que no conoce el país que rige. Al menos Franco alternaba con las folklóricas en La Granja y en los toros, pero Aznar es un funcionario filipense de Valladolid que sólo alterna con Bush. Aznar no sabía que España es así y que él está gobernando un país de macarras, ninfómanas, camastrones, chulos de putas y toda esa gente que conoce bien la Virgen del Rocío. Si el presidente de la cosa no sabe que mediante la tele está fomentando el país más hortera de Europa, cómo va a saber que para transportar a nuestras fuerzas bélicas se utilizan aviones de la Segunda Guerra Mundial. Manda huevos. Siempre se ha dicho que nuestros políticos no conocen la calle, pero es que tampoco conocen ese reflejo canalla de la calle que es la televisión.Todo político vive en político y cuando mira la tele sólo ve telediarios pensando en comprar un canal porque ya no se acuerda de que los tiene todos. La televisión por libre es la casa de la Bernarda. Todo periodista que no sabe escribir acaba en televisión, donde el 11/S o la guerra de Irak se ventilan con cinco líneas.Cinco líneas mal escritas, claro, puesto que en TV siguen sin saber escribir. Ahí está eso que repiten a diario: «Las miles de personas que acudieron». Han olvidado que el sujeto es «miles», no personas, y por lo tanto masculino, como masculino ha de ser el artículo. Estamos viviendo de la deseducación del PSOE, que durante 14 años mantuvo una enseñanza de mierda. Pilar del Castillo habla estos días de temas didácticos, pero es una ministra a la que no toman en serio porque la enseñanza se ha considerado siempre una inversión a muy largo plazo, o sea perdida. La televisión es un juguete que todo Estado hace suyo y así tenemos esa espantosidad de un monstruo que juega. Los analfabetos ilustrados, los toreros con novia, las hembrazas que se trasplantan el culo, los condes erráticos que posan para las revistas de peluquería, toda esa canalla necesita un vector nauseabundo para ventilar un poco su españismo de peineta o de paquete. A lo mejor la tele está cumpliendo una saludable función higiénica y social. «Han habido» es otra flor del lodazal televisivo. «Sofisticado» por refinado sale en todos los anuncios. Mientras tanto, «vale» por de acuerdo en los doblajes del inglés, pero sobre todo me gusta esta manía de los presentadores: «El es», «ella es» y en la TVE estatal el cierre de cualquier información: «Es todo». «Liderato» por liderazgo y «ofertaron» por ofrecieron también queda mono. Que el maestro Lázaro Carreter nos coja confesados.
